Otro día más, otro dolor de cabeza, pastillas, muchas pastillas y botellas rotas de Jack Daniels por el suelo, tú, boca abajo en tu cama, yo que cierro la puerta, sin notas, sin explicaciones.. , otro día me llamarás, no saldré a beber por ahí con los amigos, e iré a beberte a ti, como un nuevo licor, más amargo, más dulce, diferente, mezclados. Lejos, tan lejos que no nos lleguen a ver, como el aire aun a dos centímetros de tu cara, como tu boca, sonriente, curiosa, quieta, ligera.. , rozándome, a propósito, muy rápido y a la vez muy lento.
Tanto, que te ciega, que te llena, que te serena.. , como tú, como tu risa, como tus insultos: claro sentimiento de... , nunca sabré de qué. Hasta nunca, mañana nos vemos.
-Pero, ¿sabes una cosa..?
-¡Qué!
-Te quiero, y no vale decir: "¡Ya lo sé!"