
Me gusta sentirme viva cada vez que la vida me quiere salir por la boca, que la adrenalina me impulsa a la euforia y esta a descargarla toda de golpe. Como en un instante, breve como solo los detalles lo saben ser por mucho que se recuerden y la piel te erice el vello tanto que te sacuda el cuerpo desde el cuello hasta los tobillos.
Parecido a pegar la lengua a un hielo y que todo el agua se derrita empapándote la mano. O ir descalza por la calle, ¿quién no lo ha hecho alguna vez? y encontrarte con las zapatillas en la mano y tu cara con los ojos negros por el maquillaje y rojos cruzados de sueño; una sonrisa de "yo puedo aguantar el tiempo que me pidas" aunque él siga tal y como esa misma mañana había salido de su casa.
El tiempo entre libros que pierdes un domingo por la tarde.. , o sentir el calor cuando llegas a tu casa con el cuerpo helado de frío; como salir de la ducha y que de repente en el ipod salte closer to de edge o kings and queens, incluso mejor: 100 suns. Y morirte de gusto..
Arrancarle las ganas al despertador o contar hasta diez, para hacerlo interminable, para quitarte la colcha y salir corriendo de la cama a la ducha mientras te quitas la ropa, por la culpa de la friolera. No querer coger el teléfono quizá, aunque sepas que tu hermano pequeño te lo va a acabar trayendo a los contados segundos
Da igual si el resto es incomprensible que tiempo tienes para asimilar las cosas, y disfrutarlas bien...