jueves, 19 de agosto de 2010

fanático.

Estaba yo, con una sonrisa bordeando mi nariz tirando de los extremos muy fuerte hacia arriba.
Te noté muy, muy cerca. Tanto que estaba de lo más extasiada posible, todo era porque me ibas a abrazar y yo lo necesitaba como quien necesita agua para vivir. Te había echado ya lo suficiente de menos como para estar tan nerviosa, tanto, tanto que a duras penas podía esperar a que te acercases hacia mí con tu paso indiferente y seguro.
Nadie más que yo sabía las ganas que tenía de que llegara aquel momento, de poder estar contigo y observar cómo con cada palabra tu boca se movía para reproducirlas, colocándote el flequillo con un movimiento rápido de la cabeza ya que con las manos no podías porque estabas agarrando las mías, era de lo más feliz allí contigo tan cerca que notaba hasta tu respiración: sí, era de lo más feliz.
Y estuve apollada sobre mis manos con las piernas cruzadas y encogidas sobre la cama, delirando, tanto tiempo que el día se me fue sin darme si quiera cuenta; ¿qué sueño tan bonito había sido ese?, me había atrapado por completo: qué sueño tan espectacular y qué daño me hacía...

No hay comentarios:

Publicar un comentario